Hoy ha sido un día de esos ajetreados, en los que parece que por mucho que corras no llegas a ningún sitio a tiempo.
La carrera inicial ha sido esta mañana antes del cole, seguida por la de "vete zumbando a la reunión" Como siempre, una que no está acostumbrada ya a estos menesteres y se organiza como el culo, ha tenido que tirar mano de terceros.

Terminada la reunión me he dado cuenta de que aunque hubiese querido imitar a Carl Lewis en sus tiempos mozos, por mucho que esprintara al bajar del metro camino del cole, no llegaba ni de coña a por los churumbeles.
De modo que he llamado a la profe y le he dicho que los dejaba a comer. Allí me he quedado yo con un nudo en el estómago por que mis pequeñitos se iban a quedar en el colegio hasta las cinco de la tarde.
Ayyyy, pobrecitos mios tantas horas encerrados, ayyyy que dolor tanto tiempo sin ver a su mami, acostumbrados como están a no despegarse de mi ni con espátula.
¿ Cuanto habría llorado Pequete?, al ver que su madre, esa que esta mañana le ha dicho, "no te quedes triste, mamá vuelve luego a por ti, tu sabes que siempre vuelvo", no volvía.
Ayyy, que pena más grande y que dolor de corazón.
Y los he recogido con miedo, miedo a una mirada castigadora, a un reproche, a una cara de pena y abandono.
He puesto de escudo a papilín, que hoy tenía la tarde libre, para que la bronca fuese menor, pero al verme....
"¡Mamiiiiiiii!!!!" Una cara de alegría, unas sonrisas, un buen rollo, a mis ojos inexplicable, pero que me ha hecho resoplar de alivio.
Sorpresivamente, esta tarde no he tenido ninguna bronca con ellos, nos hemos divertido, hemos compartido una tarde en familia de lo más distendida y animada.
Y en esas yo me pregunto: ¿no será que mis hijos me echan de más?
See you later. Babbupi's mimm.
La carrera inicial ha sido esta mañana antes del cole, seguida por la de "vete zumbando a la reunión" Como siempre, una que no está acostumbrada ya a estos menesteres y se organiza como el culo, ha tenido que tirar mano de terceros.
Terminada la reunión me he dado cuenta de que aunque hubiese querido imitar a Carl Lewis en sus tiempos mozos, por mucho que esprintara al bajar del metro camino del cole, no llegaba ni de coña a por los churumbeles.
De modo que he llamado a la profe y le he dicho que los dejaba a comer. Allí me he quedado yo con un nudo en el estómago por que mis pequeñitos se iban a quedar en el colegio hasta las cinco de la tarde.
Ayyyy, pobrecitos mios tantas horas encerrados, ayyyy que dolor tanto tiempo sin ver a su mami, acostumbrados como están a no despegarse de mi ni con espátula.
¿ Cuanto habría llorado Pequete?, al ver que su madre, esa que esta mañana le ha dicho, "no te quedes triste, mamá vuelve luego a por ti, tu sabes que siempre vuelvo", no volvía.
Ayyy, que pena más grande y que dolor de corazón.
Y los he recogido con miedo, miedo a una mirada castigadora, a un reproche, a una cara de pena y abandono.
He puesto de escudo a papilín, que hoy tenía la tarde libre, para que la bronca fuese menor, pero al verme....
"¡Mamiiiiiiii!!!!" Una cara de alegría, unas sonrisas, un buen rollo, a mis ojos inexplicable, pero que me ha hecho resoplar de alivio.
Sorpresivamente, esta tarde no he tenido ninguna bronca con ellos, nos hemos divertido, hemos compartido una tarde en familia de lo más distendida y animada.
Y en esas yo me pregunto: ¿no será que mis hijos me echan de más?
See you later. Babbupi's mimm.